La problemática y la necesidad de mantener la privacidad y la conexión con la naturaleza en una casa minimalista planteaban desafíos en términos de funcionalidad y diseño, especialmente en la integración de espacios interiores y exteriores.

Durante el desarrollo del proyecto, se exploraron soluciones para maximizar la sensación de tranquilidad y comodidad sin complicaciones, al tiempo que se garantizaban la eficiencia y la elegancia en los baños y espacios de almacenamiento. Además, se consideró cómo integrar de manera armoniosa el patio o jardín zen con el interior de la casa, creando una transición fluida entre el espacio habitable y el entorno natural.

La solución fue diseñar la casa con amplios ventanales o puertas corredizas que permitieran una conexión visual y física con el patio o jardín zen. Se incorporaron elementos de diseño como pérgolas, terrazas o áreas de descanso al aire libre para crear un ambiente sereno y relajante. Además, se utilizaron materiales naturales y colores suaves para reforzar la sensación de calma y conexión con la naturaleza en toda la casa.