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Diferentes personajes encargados para el juego de rol "Changeling The Lost".
Cada uno de ellos posee un transfondo detallado y una robusta descripción.
La romántica y paciente Dríada fue en su tiempo una chica humana alejada de la realidad y obsesionada con las historias de amor que leía en sus libros. Pronto cayó en el hechizo de amor de un hada, que después de un breve romance, la dejo literalmente "plantada", conviertiéndola en un elemental arbóreo . No obstante, sigue poseyendo la personalidad risueña de antaño, esperando pacientemente a que su feérico amante vuelva a por ella.
El cadavérico y misterioso Republicano era un idealista en su tiempo, hijo de maquis que ha convertido sus ideales en una cruzada. Su estancia en la tierra de las hadas le han convertido en una entidad tétrica, que dormita entre los muertos.
Su propia apariencia imita la de los cadáveres, con la piel incapaz de cubrir del todo los huesos. Las cuencas marcadas de sus ojos le confieren una misteriosa expresión en la penumbra y suele tener el aire de misterio de alguien que va por ahí visitando tumbas de repúblicanos para cumplir las últimas voluntades de sus fantasmas.
La confiada y poderosa Vidente es una mujer normal, que en su tiempo fue una poderosa hechicera. No obstante, su secuestro por parte de las hadas la dejó sin sus antiguos poderes, pero sigue siendo capaz de predecir el futuro.
Durante su estancia en el mundo de las hadas, su hada captora, un nigromante, la utilizó para adivinar el futuro (abriéndola para estudiar sus entrañas desparramadas) y el pasado (quemándola para leer el humo que ascendia de su piel). Después del proceso, el hada la sanaba, y recurría a ella siempre que lo necesitara, repitiendo las crueles prácticas. Estas torturas la dejaron con un pelo que parece siempre humear, y una larga cicatriz arcana.
El agotado y grasiento Cerdo es un guardia de seguridad quemado y cansado del mundo. Aunque es obviamente un hombre cerdo, los humanos lo ven como un humano normal algo más gordo que la media, que se echa una cantidad repugnante de colonia de hombre fuerte para ocultar su olor natural. Su peinado, olor y el intentar perder peso evidencian que odia ser lo que es ahora.
La dulce y trabajadora Doncella fue capturada para ser la doncella de la Reina de la primavera. Es alegre, cordial y conoce extremadamente bien el protocolo. Su piel se volvió de porcelana, incluso con algunas incrustaciones doradas. Una señora adorable y servicial.
La fantasmal e inocente Niña de la Curva es un espíritu puro e inocente que protege a los mortales de tener el mismo destino que ella, asustándolos como una figura espectral, para que no se acerquen a los sitios donde las hadas la secuestraron en el pasado.
La sensual y embriagadora Sherezade encarnana la belleza sobrenatural propia de las hadas, y su voz y capacidad para contar historias dejan embelesado a cualquiera. De aire maternal y comprensivo, era una profesora de párvulos, a los que contaba cuentos y tocaba música que ella misma componía. Pasó a ser cantante, y poco después un desconocido quiso convertirla en una estrella, pero fue secuestrada por un hada obsesionada que afirmaba ser el Sultán de las Mil y una noches, que buscaba alguien que narrase cuentos tan bien como la auténtica Sherezade. Desgraciadamente, no consiguió contarle mil y una historias y tuvo que huir por su vida, llevando todavía consigo las largas ropas de seda oriental y su libro de cuentos.
El reluciente y enigmático Caballero del Espejo. En una de sus solitarias salidas al campo como estudiante de biología, se encontró con una antigua criatura del bosque. Justo cuando estaba a punto de ser devorado, encontró una espada y un yelmo hechizado. Cuando se lo puso, todo se volvió oscuro, y un dolor insoportable recorrió su piel. En unos instantes, recuperó la visión, y descubrió que ahora el dragón no era capaz de verle. Consiguió matarlo, pero sus profundas heridas le hicieron desmayarse. Al rato despertó, y descubrió que su piel se había transformado en un espejo. Ahora solo recordaba una cosa: que había matado a un monstruo.
El codicioso y malicioso Lobo... un depredador de la política y las finanzas. De sonrisa maliciosa y seguro de sí mismo, el lobo es un depredador tanto en su forma de humano como en su forma de bestia. Cuando lo torturaron sus hadas captoras fue usado como bestia de caza. Consiguió escapar, y se dedicó a la política como un conservador adorador del poder y el dinero.
El pícaro Mercader, un narcotraficante del mundo de las hadas, intenta buscar fortuna en el mundo mortal. Además de pasar drogas mundanas también comercia con fruta goblin de estraños efectos. Tiene un agudo olfato y una riñonera llena de sorpresas y grotescos chismes.
La Dama de la Pira es la Portadora de la Llama. La historia de este personaje es misteriosa: apareció en el reino de las hadas apresada en la más absoluta oscuridad. Pero un ser rondaba cerca, un monstruo alado que despertó en ella su poder elemental, y que a la vez parecía su enemigo. Solo recuerda su nombre, y sigue apresada… ¿conseguirá recuperar sus recuerdos?
El duro y musculoso Preso es un personaje de piel rugosa y extraña, parecida a una tierra mucho tiempo en sequía. Su piel se fue endureciendo según las hadas la usaban para redactar sus hechizos, que luego le arrancaban de la piel para usarlos de pergamino, escapó antes de que le arrancasen "la última página" que tiene escrita en su espalda.
La perspicaz Sastre, famosa en el mundo mortal, era una aprendiz talentosa. Tan buena era su mano, que fue secuestrada por un rey de las hadas, obsesionado por el lujo material. Este rey iba desnudo, porque no había encontrado ningún ropaje digno de su figura. Se le proporcionaron a la sastre infinitos materiales para que le confeccionase al rey el merecedor atuendo. La sastre probó con todo, desde lo normal, como la seda, hasta lo raro, como la piel de basilisco, pasando por lo doloroso, tejiendo con su propia sangre. Y todo le parecia "vulgar" a su señor. La sastre no podía más, se le habían acabado las ideas.
Pero de pronto se le ocurrió algo brillante: le dio al rey un atuendo imaginario, y le dijo que solo aquellos más glamurosos y dignos de estar ante su presencia podrían verlo. Y así fue, y en Arcadia todas las hadas pudieron ver el traje confeccionado, y la sastre quedó libre.
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Gracias por visitar este proyecto.
Vicent Gisbert Cardona
