I
 
Siete y cuarto AM, de familia Cicadidae, suena la cigarra.
Todos mirando la última factura para ver quién la agarra.
Me pregunto quién habrá imaginado o diseñado,
las paredes y el techo de este cubículo que me está transportando.
Mientras, el trayecto aquí se hace cada vez más interminable, y ya no queda dónde mirar, 
mi cabeza enumera tareas, hasta que la celda se abre y la sentencia de silencio 
queda no firme.
 
II
 
El sol en la cara, la niebla de la mañana, el frío y el rocío en los pies, son incomodidades para muchos, momentos para transitar lo más rápido posible, y para otros la inyección de energía necesaria para afrontar el día.
Las posturas políticas generan incomodidades, las sillas sin respaldo, también. Uno puede ser firme en sus convicciones, pero si no hay nadie sosteniendo la escalera, se puede claramente dudar de la firmeza.
También uno en estos tiempos, puede dudar de la honestidad de un personaje político cómodamente. Los medios y las redes nos llenan las manos de pruebas aparentes, que nos dan el martillo para sentenciar desde el sillón con el control en la mano.
Casualmente, cuando se sienta alguien a mirar televisión con uno, esa seguridad desaparece. Tener el control remoto al lado de personas de no tanta confianza es bien incómodo, el zapping hacia la nada, buscar canales aparentemente más fructíferos o cultos.
Generalmente nadie termina viendo lo que quiere, al igual que cuando hay un indigente pidiendo en el subte. Eso sí genera incomodidad en el vagón. Unos ayudan, otros no. Todos representando al grupo de los pudientes. Vaya incomodidad, compartir con gente quizás pobre en humildad, pero rica en arrogancia. 
Es lo que toca, supongo que a todos les debe molestar la desigualdad, la mala distribución de las riquezas, al igual que a mí me molesta cuando hay sectores del vagón sobrepoblados, y otros vacíos.
La víspera de la jornada se acerca, y hay que empezar a sacar conclusiones, para responder preguntas tales como ¿qué tal el día? ¿qué hiciste de interesante hoy? Muchos ante esto están holgados, y otros en aprietos, todo depende según el punto en el que se ajuste el cinturón. La sobremesa siempre deja cosas interesantes, como también los cinturones desabrochados. En casa no siempre se está cómodo, en los tribunales de Comodoro Py, tampoco.
Incomodidades
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Declaraciones acerca de incomodidades.

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